Puedo percibir, ya lejano, un débil siseo.
No queda nada que decir.
Atrapo la inocencia del olvido.
Voy buscando la expresión adecuada
pero mis labios tan sólo pronuncian
palabras yertas, carentes de significado.
Busco en mi alma una luz que guie mis pasos.
Pero apenas topo con una oscuridad que me absorve;
envolviéndome en su manto de fuego.
Un torrencial de dudas emerge en mi ser.
Suena muda, una música absorta,
que conforme va abanzando, entorpece mis pasos.
Me siento frágil.
Mi garganta emite un grito de sílabas dormidas.
Desgarrador alarido callado
que transpasa los confines de la tierra.
Imposible deshielo de la voz
en un estado de aflicción máxima.
Nada escucho, de todo lo que siento.
La escasa luz que me hace sobrevivir
se escapa hacia las profundidades.
Anhelo el lenguaje del alba.
Mis palabras son son sombras calladas
que dibujan pinceladas marchitas de mis pensamientos.
Cuando me miras, siento frío al notar tus caricias silenciadas.
Así intuyo, que de esa mamera turbia estás conmigo,
y juntos, abocados al dolor del silencio.
Lo que vive en mi
es la voz oculta de todo sentimiento reprimido.
Que me nombra la luz y sus vacíos.
Con desdén observo las injurias del mundo,
quedando en mi interior posibles soluciones.
♥Marishé♥
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