Aquellos que vivieron su juventud en los 90, en plena eclosión del grunge, fueron testigos del primer revival de este calzado, que previamente había empezado a formar parte de la cultura popular en los 60.
Klaus Maertens fue un doctor de la Segunda Guerra Mundial.
Tras lesionarse el tobillo quiso reformar sus botas para hacerlas más cómodas, con cuero flexible y suelas con aire.
Las confortables y duraderas suelas fueron un gran acierto entre las amas de casa.
El nombre de las botas cambió de Maertens a Martens, ya que este último era más comercial.
En los 70, sería el punk el que se adueñara de este calzado.
En general, siempre han formado parte de la cultura juvenil, hasta nuestros días.
Las Martens más haute couture:
Ya cuando eran el calzado oficial de los jóvenes de los 90 empezaban a aparecer las primeras versiones de las Martens: en colores vivos, estampadas, con tacón...
Las míticas en rojo cereza o negro siempre han sido las más vendidas.
Las pasarelas han querido recuperar este icono para teñirlas de glamour; ¿o para teñirse las marcas de subcultura juvenil? El inclasificable diseñador británico Henry Holland las ha utilizado en numerosas ocasiones para sus desfiles. Su musa, la modelo Agyness Deyn, y él mismo también las lucen habitualmente por la calle. De hecho, la propia Agyness ya se ha dejado ver con los modelos de Martens más estrambóticos en su vida diaria.
La modelo Daisy Lowe ejerce actualmente como imagen de la marca.
Están muy orientadas al público femenino. Las tenemos en rosa fucsia y de charol, toda una explosión flúor. Las más coquetas las pueden llevar también con tacón y a media caña. Por último, la mayor reminiscencia punk llega con este modelo en caña alta y con cremallera.
En definitiva, hay Martens para todos los públicos.
¿Alguien conserva aún las suyas?
♥Marishé♥
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